Giros del Destino
Giros del Destino
Por: Thaly U.
CAPITULO 1 OJOS GRISES

Melisa Hartley miraba cada 5 minutos su reloj, esperando que llegara la hora de salir de su trabajo en la biblioteca pública.

El lugar estaba prácticamente vacío, solo dos o tres personas a lo sumo consultando libros.

Su celular repico. Era su amiga.

—Hola Melli, como estas

—Te imaginaras aquí súper aburrida y loca que llegue la hora de la salida

—Lo supuse, tú con tu intelecto, desperdiciándote en ese lugar gris y aburrido, con tu carrera de administradora y tu posgrado en negocios, deberías estar trabajando en un consorcio importante

—Si pero tú sabes que aquí los trabajos escasean y tengo que pagar la renta. La comida, en fin debo trabajar en lo que pueda

—Pero yo sé que algún día te llegara la gran oportunidad

—Gracias Amiga

—También te llamo porque los 4se quieren reunir hoy en el bar de para conversar, tomarnos algunas cervecitas y bailar, te animas.

—Claro que si

Cuando llegan al club , ya estan esperando sus otros amigos.

Recientemente Melisa había terminado con su novio y entonces esa noche la conversación giró en torno a su nueva ruptura amorosa, ya eran 5 novios con los que había terminado en un periodo de 2 y 1/2 años, con duración en sus relaciones no mayor de 4 meses.

Lucas levanto un vaso con cerveza y propuso un brindis.

—Por nuestra querida Melli, que está en vías de marcar un record güines, como la novia más escurridiza del planeta.

Justo en ese momento Melli noto la mirada de melancolía de Vanesa y nuevamente esa sospecha que tenía hace tiempo envió un alerta a su cerebro, confirmando que su amiga quería a Lucas.

Si ella no podía mantener el amor en su vida, entonces se convertiría en una Cupido, para sus amigos

Al salir del baño iba igual de ensimismada en sus pensamientos que tropezó inevitablemente con alguien y que  la hizo tambalearse, a no ser porque esa misma persona la sostuvo con sus brazos hubiera caído al suelo.

Al levantar la mirada vio que la piedra a la cual se refería, y con la que tropezó, no era más que un hombre alto, musculo y dueño de un rostro hermoso y la mirada más profunda que alguien en toda su vida le había dirigido.

—Perdón, venia distraída- se disculpó, totalmente babeada y en shock pero por el impacto de tener frente a ella a ese hombre tan guaperrimo.

Nunca ningún otro hombre en sus 23 años, ni sus novios, le produjeron aquella reacción tan vivida

No creía en el amor a primera vista, claro que no, eso eran cuentos de novelas súper romanticonas, que claro, había leído muchas veces -era fanática de ellas-, pero si había la atracción instantánea, era algo más carnal, que del corazón..

—¿Eso, o ha tomado más de la cuenta?- sugirió el en tono de critica

—Claro que no,- negó furiosa por su cuestionamiento- solo me he tomado dos cervecitas, aunque la noche es joven y yo soy joven- añadió pues quería picarlo, como se atrevía a cuestionarla- ahora si de disculpa

—Hasta malagradecida es, mire que he evitado que se caiga al suelo de manera aparatosa y ridícula y lo que hace es resoplar. Vaya falta total de modales que tiene usted Srta.

—Tengo modales y buenos modales, pero hay personas que logra sacarme de mis cabales, sin embargo, Gracias

— De nada

- y con su mano le hizo un gesto para que siguiera su camino y así lo hizo, pero con el corazón latiendo a mil por hora ante ese encuentro tan inesperado.

Regreso con sus amigos y siguieron compartiendo una amena conversación y entre trago y trago ella empezó a buscar de reojo al hombre con el que había tropezado y nada.

Finalmente lo vio por la barra tomando quien sabe que, y de pronto, el se voltea y la mira nuevamente de manera profunda, que la hizo sentirse desnuda y totalmente indefensa.

Ella se apuró a tomar un trago, esperando que eso la relajara y entonces confirmo el cuestionamiento en su mirada.

— Caramba Melli, no exageres hoy con el trago, - la reprendió su amigo Diego quien era la voz de su conciencia.

—Diego si que eres exagerado eso solo fue una vez, sabes que por lo general soy acomedida con la bebida- acota sonriente.

—Y así será hoy, así que deja el trago- le quita la copa de las manos y la jala para que se ponga de pie- vamos a bailar

Diego la tomo por la cintura y se encaminaron a la pista, pero antes tuvo que pasar al lado del sujeto misterioso, quien continua con su escrutinio y a ella sabe que le ha seguido con la mirada incluso hasta que llega la pista, en un momento dado ella ya está bailando pero sus ojos que se niegan a obedecer están buscándolo, pero el ya él ha desaparecido y eso la deprime

Pero porque' ¡Acaso ese hombre le había gustado?, era totalmente ilógico, ella no creía para nada en el amor a primera vista, eso era una tontería inventado por las historias rosas. Sin embargo ahora se le antojaba la película de orgullo y Prejuicio y pensó, que él podría ser todo un Míster Darcy.

Regresan a la mesa con su amiga y Melisa "Cupido" inicia su plan A.

Melisa se encamina a la barra.

—  prepáreme una sangría

—Claro cariño, aunque no deberías seguir tomando, recuerda que mañana tienes trabajo- apunto su amigo.

— Lo sé, pero se vale no ves que estoy pasando una pena de amor- se excusó poniendo cara de drama

—Seguro, una más y ya estamos- acepto a regañadientes.

Cuando Diego se retira a preparar el trago, una voz aterciopelada le cuestiona

— Debería hacerle caso a su amigo, y no tomar tanto- le dice una voz varonil y conocido en su oído, paralizándola por completo, pero se sobrepone y lo confronta

—Perdón? -Se vuelve para encontrarse con el galán misterioso y aunque su cuerpo empieza a temblar, logra disimularlo muy bien.

— No debería beber tanto- acota nuevamente y si, lo que ve en sus ojos es acusación y cuestionamiento

—Que espera estamos en un bar, o acaso quiere que me la pase tomando refresco o agua – se merece que le conteste así, ya que quien lo manda a andar de entrometido, entonces pudo ver un destello de furia en sus ojazos grises, de seguro no es un hombre acostumbrado a que le contesté de manera tan altanera

—Al parecer me equivoque con usted, pensé que era una joven centrada y madura, pero al parecer tiene un maní por cabeza- acota 

—Como se atreve....!!!!

En ese momento regreso Diego con su bebida y ella le da la espalda al sujeto grosero y a propósito tomo la copa y se la tomo

—Melli- le reprocha Diego

Melisa se dirige a Diego y con toda intención y en un tonito chocante, -porque en eso si no le ganaba nadie-, cuando quería ser odiosa podía llegar a serlo hasta molestar incluso al más santo del planeta.

—no necesito chaperones, soy una mujer adulta que elige que hacer con su vida  

Sin embargo todo es una pose que sabe que no podrá sostener por mucho tiempo pues aquel hermoso hombre está detrás de ella y lo único que desea en huir de allí, su presencia la altera, altera todos sus sentidos.

En eso llaman a Diego y este se ve obligado a abandonarlo no sin antes advertirle

—En un rato hablamos, no me gusta cómo me has respondido ni cómo te estas comportando.

—Deje de beber de una vez —le exige el desconocido hombre, poniéndose frente a ella le quita el vaso para sorpresa de ella, quien enseguida se indigna lado—. ¿Cuántas copas ha tomado?

—¿Y a usted que le importa? Es mas no se quién es, como se llama, y se cree con derecho de darme ordenes, acaso perdió el juicio—le responde con altanería, tomando el vaso que el había dejado en la barra y llevándomelo de nuevo a la boca, desafiándolo.

—Cree que puede retarme y salir inmune —le advierte con la voz acerada y la mirada fija en la de ella.

—¿Qué hará? —le pregunto aparentando ser muy valiente, lo cierto es que las piernas le tiemblan.

De forma inesperada, la toma de la mano y la arrastra a un corredor que esta desolado.

Sera que ni sus amigos se dieron cuenta, este hombre la está secuestrando, la va a violar

Su mente hace miles de conjeturas pero sin embargo, no está asustada, hay algo que le hace sentir segura, no se despiertan alertas de temor, sino de una atracción que no puede dominar y desconocía en ella.

La pone contra la pared y para su sorpresa, ve como su rostro se acerca a ella y le estampa un beso que la dejo completamente atolondrada.

Fue un beso castigador, un beso cuyo único propósito era vengarse por lo altanera que había sido, y que buscaba demostrar que no podía pretender iniciar una batalla con alguien como él y salir ilesa.

Sin embargo también fue un beso experimentado, apasionado y muy delicioso que la dejo sin aliento, así que cuando el retiro su boca de la suya ella quedo sin argumentos y sin habla para refutar algo.

En el rostro de él podía denotar satisfacción, orgullo por haber sido el vencedor en ese juego de voluntades, pero también había deseo, un deseo que hace mucho no experimentaba.

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