— ¿A si? Y dime, ¿Qué podría ser eso Mariano? — cuestiono el apuesto tatuado incrédulo.
El elegante hombre sonrió.
— Yo se mi muchacho, que tu madre no murió por un accidente, y sé muy bien en donde ocultó tu padre la evidencia de su crimen…dame el poder que quiero para mis hijos, y te entregare a l