— Mi hijo, dime ya maldita sea, ¿Qué pasó con mi hijo? — cuestionó Lorenzo con desespero a la médica de cabellos castaños.
Alessia suspiro, logrando que Lorenzo solo se desesperara más.
— No lo ha perdido, es un verdadero milagro, con la cantidad de sangre que perdió ella, habíamos anticipado un a