CAPÍTULO 38

— ¡No debí dejarla! — Alessandro caminaba de un lado a otro de la sala de espera del hospital como un león enjaulado — ¡No debí permitir que fuera a esa casa a hacer nada! ¡Debí traerla directo al hospital!

— Alessandro no te recrimines, no vas a ganar nada con eso. — Malena le dio algunas palmadas en la espalda tratando d

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