Me desperté a la mañana siguiente, sintiendo los labios de Giuseppe en mis desnudos hombros, gire mi cuerpo viéndolo apoyado con su codo en el almohadón de nuestra cama
— Buenos días flor de lotto — me dice mi esposo
— Buenos dias esposo — le respondí cuando me levantaba de la cama para ir al cuarto de baño
Una vez dentro, abri los grifos de la ducha, me duche y cuando terminé cogi el albornoz que habia colgado en la puerta, me lo puse volviendo al dormitorio
— Ven aquí conmigo preciosa — me dijo dando pequeños golpecitos con su mano en el colchón
— Lo siento pero tengo hambre, quiero un café para despejarme — le dije marchandome del dormitorio
Estoy en la cocina poniendo una taza de café para Giuseppe y para mi, cuando lo veo entrar vestido con sus pantalones y su camiseta en las manos para ponerla, mirándome muy serio
— ¿Te vuelves a marchar? – le pregunté
— Volvemos a casa, tómate el café y vístete — me dijo malhumorado
Después de tomarme el café, me fui de la cocina hacia nuestro