~Lira~

Mi cuerpo se sacudió, la cama crujió. No pude detener el gemido que escapó de mi garganta.

—Supervisaré tus estudios —siseó, golpeando mis caderas con las suyas tan fuerte que casi grito—. Con las piernas atadas, el coño empapado y la boca tapada para que no hagas ruido mientras estudias.

Gemí en el colchón, con mis ojos entrecerrándose y mi coño contrayéndose como si estuviera hambriento.

—Te disciplinaré —continuó, follándome con más fuerza, bruscamente, usando mi cuerpo como si fuera su propiedad y el mundo necesitara saberlo—. Cada vez que le mientas a tu madre, cada vez que respondas, cada vez que olvides quién es el dueño de este pequeño coño apretado.

No podía respirar.

Todo mi cuerpo se mecía en la cama con cada embestida brutal, su nudo se arrastraba contra los bordes adoloridos y sobre estirados de mi coño, como si fuera a desgarrarme y volver a llenarme.

—Ella cree que te estoy protegiendo —gruñó Damián, agarrando mis caderas con más fuerza, arrastrándome de nuevo hac