Capítulo 61. Corre para Papi.
~Damián~
—Te dije que te arrodillaras, maldita sea.
Ella jadeó y se quedó inmóvil, como si su sistema nervioso se hubiera cortocircuitado solo con oír mi voz bajar de octava. Luego, sus rodillas cedieron, como si la gravedad hubiera estado esperando a que yo hablara, como si su cuerpo hubiera anhelado la orden.
Se dejó caer con fuerza, golpeando el suelo como una perra que sabe cuál es su lugar: a mis pies, de rodillas, en el mismo suelo que todavía estaba pegajoso por la última vez que la doblé y eyaculé tan profundo dentro de ella que no pudo caminar derecha por una hora.
Ni siquiera me miró, solo se arrodilló, temblando, con la cabeza gacha y las manos inertes junto a sus muslos empapados. Su pecho estaba tan agitado como si hubiera corrido un puto maratón. Su cabello era un desastre salvaje y sudoroso, anudado con saliva seca y mi esperma. Tenía los labios entreabiertos, como si todavía pudiera saborear cuando la hice montar mi polla hasta que se rompió en mi regazo.
Y joder, ya e