POV Jeremy.

La rabia me consumía. Los días pasaban entre el insípido cubículo de "Productos Menores" en la Corporación Walton y el apartamento, que pronto ya no sería mío.

Cada vez que encendía la televisión o revisaba las noticias en línea, la imagen de Isabella y el Conde Armand Dubois me golpeaba como un puñetazo en la cara. Estaban en París, en galas, en eventos de lujo, sonriendo, radiantes.

Quería concentrarme en un aburrido informe sobre la distribución de jabones en el interior del país, un correo electrónico con el título "Comunicado de Prensa Global - Alianza Walton-Dubois" apareció en mi bandeja. Lo abrí, el corazón me latía con fuerza.

Era un comunicado oficial de la Corporación Walton y el Grupo Dubois. La noticia central era la firma de un acuerdo estratégico multimillonario para la expansión en mercados europeos. Pero lo que me heló la sangre fue el párrafo final:

“En un gesto que subraya la profunda confianza y el compromiso personal con esta nueva era, el Conde Armand