ELARA
Ryden gruñe juguetón en respuesta y me hace un gesto para que me acerque. —Ven aquí —toma mi camiseta y me jala contra su cuerpo. Se inclina para darme un beso rápido en los labios antes de tomar mi rostro entre sus manos—. Mocosa.
Me suelta, entrelazando sus dedos para hacer un escalón. No pierdo tiempo, pongo una mano en su hombro y mi pie en su mano. Cuanto antes salga de este hoyo con un Ryden desnudo, mejor. No creo que pueda recitar el alfabeto con la forma en que mi sangre hierve dentro de mí.
—¿Lista? —pregunta.
Miro hacia arriba y asiento. En un movimiento rápido, se agacha y luego me lanza al aire. Vuelo por el espacio de tres segundos antes de agarrar el borde del hoyo en mi descenso y trepar completamente fuera.
Me pongo de pie y miro por el borde. Gracias a la Diosa, la luna no está sobre nosotros. No estoy segura de que sería tan valiente si pudiera verlo ahora. —Hmm, parece que el Alfa está en un buen predicamento ahora —me burlo.
—No lo harías —gruñe.
Sonrí