“Kizer, mi asistente. A partir de ahora, él te enseñará cómo manejar los asuntos de la familia.”
Cuando papá trajo a Kizer, por un momento pensé que era un modelo de algún casino.
Sus ojos azul celeste desprendían ternura natural, su pecho firme parecía a punto de romper la camisa.
Ni en toda la familia Baker había visto a un hombre tan atractivo.
Se paró frente a mí, con un ramo de flores en las manos.
—Nelly, a partir de ahora, estaré bajo tu cuidado —
Su voz sonaba llena de alegría, un tono grave y sensual que explotó en mis oídos.
Tomé las flores, y le respondí fríamente con un simple:
—Gracias.
Luego las dejé a un lado.
Él se quedó perplejo un instante, como si no esperara una reacción tan distante.
Pero pronto recuperó la compostura y me entregó unos documentos.
—Información del casino. Es el más rentable del jefe. Lo administraremos juntos.
Kizer no era solo un buen asistente, también era un excelente maestro.
Nunca antes había gestionado un casino; en la familia Baker jamás se