—Es increíble, ¿no? Llevamos un año juntos. —Hazel se levanta de la mesa y Apolo la ayuda a recoger los platos.
—El tiempo pasa muy rápido —responde Apolo.
—¿Qué crees que hubiese pasado si yo no te hubiese correspondido o viceversa? —ladea su cabeza con curiosidad.
—Tal vez mi padre nos hubiese obligado de igual forma y terminaríamos enamorados. —Apolo lleva los platos al friegaplatos y los lava, mientras que Hazel los secaba.
—Tienes razón. —Se lo piensa—. Muy bien, ya terminamos, ¿cuál es la sorpresa que me tienes? —Termina de acomodar los platos y se pone dispuesta para él, estaba muy feliz por saber aquella sorpresa.
—Te guiaré allá. —Toma su mano y se dirigen a la sorpresa juntos.
Salen de cocina y caminan agarrados de manos por los pasillos del reino, no había prisa, pues el regalo no se iría a ningún lado, pero si había ansiedad por saber que era. Llegan a la terraza del reino y Hazel tapa sus labios con impresión.
—Como no puedo llevarte al mundo mortal hasta que controles bi