El resto de la tarde continúe en la oficina trabajando: números, finanzas, dinero, negocios, llamadas, discusiones, era el trabajo de todos los días que ciertamente comenzaba a hartarme ya.
Así solían ser todos los días para mí, a excepción de los domingos quizás, cuando pasaba el día con Dorian y salíamos a pasear a lugares alejados del centro, eran los únicos momentos que realmente disfrutaba porque el chico me hacía reír y... Me hacía feliz, sobre todo cuando reía y me agradecía por cosas pequeñas que hacía por él.Dorian había sido para mí el regreso de la alegría a mi vida después de que perdí todo como él. Mis padres murieron de la misma forma: a manos del negocio que ellos mismos habían ini