Leticia atravesó la calle prácticamente sin mirar. Ni siquiera le dio tiempo a agradecer por no ser arrollada.
-¿Qué demonios pasó?- cayó de rodillas delante de su compañero sacudiéndolo por el hombro. Podía ver como los agresores ya doblaban el final del callejón sumiéndose en la oscuridad- Mierda-
Si les perdía el rastro a saber tú que le ocurriría al que se habían llevado. Se levantó, pero su mano fue tomada.
-Sálvalo- el lobo jadeó de dolor, al menos debía tener alguna costilla astillada- O lo matarán-
Leticia abrió los ojos más grandes.
-¿Sabes quiénes son?- preguntó tan rápido que su pregunta casi no se entendió- ¿A dónde se dirigen?-
El beta negó. Estaba aturdido debido a la bebida y habían sido atacados de improvisto. Nunca se imaginaron que serían agredidos aun cuando no era de noche. Leticia apretó los dientes.
-Pero tampoco puedo dejarte aquí- la omega se mostró preocupada.
El agarre del lobo sobre su mano se hizo más fuerte