-Ah- Leticia jadeó contra la puerta del baño apretándose el vientre bajo. Sus ojos estaban cerrados y el ceño fruncido, debajo de ella había un charco cristalino que salía de su interior y al que estaba maldiciendo, y eso que no quería mencionar las palpitaciones en su sexo que tenía junto a las feromonas que inundaban el baño.
De cierta forma quería que Rayan estuviese con ella, pero agradecía que realmente se hubiera ido, porque entonces... como le explicaba todo esto. Estaba en medio de un celo que había despertado una hora después que el alfa se había ido. Al menos no completo porque aún mantenía su conciencia, pero tenía todos los síntomas. Y eso era debido a los medicamentos, pero estos no hacían magia y al parecer no habían hecho todo el efecto sobre todo después de lo ocurrido en la noche anterior.
La estimulación constante de su útero había disparado sus hormonas, dando como resultado su situación... misma que tenía que resolver si o si antes de que anocheciera y Rayan llegar