Rayan pasaba su mano limpia por la espalda de Leticia de arriba hacia abajo dando pequeños masajes intentando ayudarla a llevar su sobre estimulación. La mujer más pequeña soltaba jadeos con el rostro escondido en la curva de su cuello y donde su aliento estremecía su piel. Se quejaba en voz baja como si estuviese incómoda.
-Te sientes mejor?- le preguntó el alfa con un tono de preocupación. Su ceño estaba fruncido- Sabía que no debíamos hacer esto aquí.
-Rayan me duele la cabeza en este momento. Cállate un momento- Leticia le gruñó enterrando aún más su rostro en el cuello.
El alfa apretó sus labios y siguió masajeando su espalda hasta que ella dejó de temblar. Eso tomó bastantes minutos. Leticia alzó la cabeza y le dio un beso rápido en los labios. Parecía recuperada entre comillas, las mejillas de ella aún estaban sonrojadas y eso que no habían llegado al final.
Rayan no había encontrado lo suficientemente dilatada a Leticia para tomarla, y además no era como si tuvieran todo el ti