Al día siguiente me desperté algo tarde, ya que la noche anterior mi esposo me hizo el amor como un hombre enamorado de verdad, con suavidad, llenándome de besos y caricias que ni yo misma me lo podía creer. por la pasión y el cariño que me estaba demostrando cada segundo que pasaba. Al abrir los ojos, sonreí mientras acariciaba la parte donde creía que Adrian estaría, pero encontré esa parte vacía, aunque por otra parte no me importó mucho, ya que sabía que era algo tarde y él se habría ido a trabajar. Me levanté de la cama y entre en el cuarto de baño para ducharme, ya que después de hacer el amor, acabamos los dos muy cansados, durmiendonos enseguida. Me duche y regrese al dormitorio para vestirme y bajar a la cocina, necesitaba desayunar y comer algo, ya que estaba hambrienta. Me marché del dormitorio para acercarme a la cocina escuchando las risas del pequeño Aaron. Al entrar salude a Georgina y al pequeño, mirándome los dos algo extrañados por verme en la cocina
— Buenos días —