CAPÍTULO 12. Una tristeza conocida

—¿Quiere repetir eso por favor, doct... Alan? —murmuró Mar como si le acabara de decir que se quitara la ropa sobre el escritorio.

—Escucha, no pensé que fuéramos a llegar a esto pero es evidente que Wayland quiere asegurarse —suspiró Alan—. Si llegan a casa y no ven nada tuyo ni de Michael van a empezar a sospechar.

Mar abrió y cerró la boca varias veces, como si estuviera a punto de soltar una excusa pero honestamente su cerebro no la acompañaba.

—No creo que eso tenga algo que ver. No todas las parejas viven juntas antes de casarse...

—¿Crees que alguien se trague ese cuento? —replicó Alan—. No somos novios virginales, ¿crees que viajaría de África hasta aquí por una mujer con la que no duermo?

—Parece que usted mismo se está respondiendo —siseó ella.

—¡Mar!

—¡Tú! Perdón, tú. Tú mismo te estás respondiendo —murmuró Mar.

—Mira sé que no es lo ideal, pero creo que somos adultos civilizados y podemos sacrificar un poco de privacidad de los dos para conseguir lo que queremos. ¿Verdad?
Leia este capítulo gratuitamente no aplicativo >

Capítulos relacionados

Último capítulo