Una hora más tarde luego de tomarse unos minutos para sacarse el agua salada con un buen baño, Rossi desde su habitación oyó las risas de su hijo y la voz de Edward, miro por la ventana de su habitación y presencio la escena, el niño y Edward, sentado en el jardín jugando con el niño con una pelota lazando la pelota y meterla dentro de un tobo. La alegría del niño era vigente. Rossi sintió una emoción que no pudo evitar.
Cuando Rossi llego al jardín comentó . . .
–Santi ya es hora de almorzar y luego debes dormir una rato hijo, ven vamos . . .
El niño miro a Rossi y sonriendo exclamo –Mami, he jugado con tu amigo un rato y he metido ya varias pelotas al cubo, él me enseño mami. . .–¿Puede venir almorzar el con nosotros mama . . .?
Rossi miro al niño tratando de controlar todas sus emociones alborotadas por la presencia de Edward allí . . .
–Claro hijo, él está invitado . Miro a Edward y le comentó te puedes lavar en el baño de visitantes, está a la izquierda, Edward.
Minutos des