Scott entró al lago para salvar a Valentina, pero ella lo empujó antes de intentar salir
—Lo siento —dijo arrepentido—. Fue mi culpa.
—¡Claro que sí! Todo es tu culpa —dijo ella y su mirada fue fría y recriminadora
Scott jamás la vio tan furiosa con él y salió de prisa, mientras le dio la mano, pero Valentina no alcanzó a tomarla cuando Esteban llegó a ayudarla
—¡Mi amor! ¿Qué fue lo que pasó? —exclamó perplejo al verla empapada aún dentro del lago
—Resbalé.
—¿Resbalaste, cariño? Bien, vamos, debes secarte o enfermarás —dijo Esteban quitándose su saco y poniéndoselo encima.
Scott no les quitó la mirada de encima hasta que estuvieron lo suficientemente lejos y cruzaron el puente, pero sintió muchos celos, ella había sido suya, lo amaba a muerte, y ahora simplemente lo odiaba y estaba junto a otro tipo que ni siquiera sabía de donde había salido.
Inés llegó en una vieja camioneta Ford, y bajó mirando a Scott
—¿Quién es esa mujercita engreída? Vi lo altanera que se te puso desde lejos.
—