Pasaron casi dos semanas, Valentina manejaba rumbo a las tierras de los Dion y Brighton, cuando encontró en el camino a Lisa, que venía del colegio, ella accionó el claxon, hasta que la chica se detuvo, y subió a la camioneta.
—Hola —dijo con timidez
—Hola, vamos, sube.
Lisa subió
—¿Te llevó a casa?
—No… en realidad, debo disculparme contigo —dijo con la mirada triste
Valentina sonrió al verla
—¿Qué pasa? ¿Por qué debes disculparte conmigo?
—Yo… ¡Te entregué a manos del malvado…!
Valentina siseó
—Lisa, yo no te culpo de nada, pero la culpa es una herida que nos carcome por dentro, no dejes que lo haga, tú no tienes culpa del daño de una persona enferma, eso es el pasado.
Lisa asintió y una lágrima rodó por su mejilla
—¿Sabes? Iván nos ha conseguido citas con un terapeuta, él dice que nos hará bien, para superar el pasado, tanto a mí, como a Love, estoy feliz por ella, tiene a un hombre que la ama mucho, ella lo merece.
Valentina sonrió
—Algún día, tú también conseguirás a