—¡¿Cómo pudiste?! ¡Mataste a mi niña! —exclamó Diana con furia y dolor al ver a Lucius ante ella, que temblaba de miedo, intentando huir
—Lo hice por los dos, ella iba a revelar nuestro gran secreto.
—¡Eres un demonio! ¡Eres un infierno! —exclamó Diana—. Estás acabado.
Lucius se levantó, y de pronto, salió corriendo por la cocina, hasta el jardín trasero, corrió sin límite, huyendo como un ladrón, como una rata escapando de su final
Scott corrió a buscarlo, pero Diana se detuvo ante él, impidiendo que lo hiciera, y se arrodilló a sus pies, con una súplica
—¡Por favor, no lo hagas! Es tu hermano, ¡No lo sigas, no quiero que vaya a matarte a ti también! Él es un demonio, es una hiedra venenosa que nos matará a todos, solo podremos huir de él, hijo —exclamó Diana
Scott la miró incrédulo, los ojos de Scott eran rabiosos, casi al borde del llanto, estaba tan decepcionado.
—¡Mató a mi madre! Mi mami, ¡La persiguió, hasta matarla! —Meredith comenzó a sollozar, Esteban la abrazó, estaba tan