29. Dijiste que no era una cena romántica
— No hemos hablado esta última semana. ¿Cómo está Cassie? — le preguntó Siena a su amiga, tan pronto iniciaron la videollamada.
— Ella está bien — le dijo largamente.
Siena entornó los ojos.
— ¿Y tú, Kat? ¿Tú, cómo estás?
— Estoy bien — musitó sin importancia y Siena sonrió. La conocía.
— Hay algo que traes atorado en el pecho, vamos, escúpelo.
Kathia soltó una pequeña risita y negó con la cabeza.
— No es nada.
— Lo parece todo. ¿Tendrá algo que ver con mi primo? — apenas preguntó, las mejillas de Kathia se sonrojaron sin remedio — Ja, lo sabía. Quiero saberlo todo.
— Me acosté con él — dijo ella, rápidamente, como si fuese una quinceañera.
— OMG. ¿Y te gustó?
— Claramente, es Cassio Garibaldi, es solo qué… — respiró hondo — hay demasiadas cosas de por medio, cosas que incluyen a tu familia, y te perjudicarían directamente a ti también.
Cuando Kat le contó a la prima de su ex esposo lo que estaba ocurriendo, esta no se asombró. En esa familia había demasiadas manzanas podridas, sobre