Apenas llegaron, entraron rápidamente a la habitación y Macarena procedió a desvestirle a Richard. Éste se dejó hacer, sintiendo que su amiguito volvía a parársele tal cual bandera flameante.
- No sé cómo lo haces, pero cada día estás más exquisito – le susurró Macarena al oído, mientras procedía a presionarle sus masculinos pezones.- Esto se siente tan… extraño – dijo Richard, sintiendo un extraño calor en su interior.Richard se acostó boca arriba en la cama, completamente desnudo. Macarena tomó su miembro y procedió a hacerle una oral, metiendo y sacando lascivamente de su boca tal cual si fuese una banana. El pequeño CEO se aferró al colchón y comenzó a gritar como nunca antes, ya sin temor de que algún empleado curioso lo pillase en la oficina.En un momento, Macarena se levantó y se separó de él. Richard, aún acostado, levantó la cabeza y le preguntó:- ¿Ya terminamos?- Aún no – respondió Macarena, quien tomó su bolso y sacó de ahí el jugu