Abro la puerta y lo veo parado mirando por la ventana, cierro la puerta detrás de mí y él ni se inmuta, me imagino que está muy sumergido a lo que está viendo o pensando, le pongo seguro a la puerta y camino hacia él para abrazarlo por detrás al llegar donde está parado.
- No te imaginas la falta que me has hecho.
Digo cuando tengo mi cabeza apoyada en su espalda y puedo sentir la vibración de su respiración logrando que mi cuerpo se relaje.
- Yo no te convengo, pequeña.
Lo escucho decirme y me alejo para quedarme mirándole mientras él da la