Enical
Desperté con el sonido de algo friéndose, el dulce olor a desayuno recién hecho me hipnotizó hasta encontrarme a Morelia.
-Morelia, Buenos días- saludé emocionada, no la vi desde que me mudé, la estreché entre mis brazos como una muñeca.
-Señorita Enical, buenos días- contestó con sus ojitos brillando.
-¿Qué es eso de señorita? ¿Cómo has estado?- pregunté extrañada mientras la ayudaba sacando tazas de la alacena.
-Buenos días- nos interrumpió un Antonio sonriente despues de un rato.
-Buenos días, señor Antonio- saludó Morelia con las mejillas teñidas de rosa cuando él le dejo un beso.
Uy, es cierto, a ella le gusta…no me causa celos, pero de cierta forma somos amigas. ¿Cómo de supone que se lo diga?