Capítulo 4: Feliz cumpleaños

Dejo a Marlon en la sala y me voy a la habitación, esa fue una noche donde el amanecer llega y lo recibo con los ojos abiertos, en toda la noche no pude cerrarlos.

El sonido del teléfono me saca de mis pensamientos, ( Marlon me había regalado uno, para reponer el que había perdido) cosa rara ya tenía una semana con el teléfono y nadie me había llamado.

—Hola, buenos días.

—Fernanda, soy Brenda.

—¿Brenda?

—Si, amiga, perdona que no te haya llamado, pero tú sabes cómo es tu padrastro, no le gusta que te llamen, pero dime ¿cómo estás?

—Yo estoy bien.

—¿Y qué piensas hacer para tu cumpleaños? me imagino que Elías te tiene una sorpresa.

—¿Mi cumpleaños?

—Si amiga, tú siempre estás despistada, hoy estás de cumpleaños.

Me quedé sin hablar, hoy estoy cumpliendo veintiún años.

—Brenda ya no estoy con Elías, eso se terminó.

—¿Qué? y eso, ¿por qué terminaron?

—Amiga, Elías me estaba engañando con Natalia.

—¿Natalia su antigua novia? ¿ Quién te lo dijo?

—Nadie me lo dijo, yo los vi, tú sabes que yo tengo llaves de la casa de Elías, fui para allá y los vi.

—¡Ay! Amiga, yo no sabía, lo tenía bien guardado, amiga esto no podemos hablarlo por teléfono, tenemos que vernos, para que me cuentes todo, que tal si nos vemos está tarde en el lugar de costumbre y así celebramos tu cumpleaños.

—Está bien, allí nos vemos a eso de las cinco.

—Okey allí nos vemos.

Salgo de la habitación, voy a la cocina, me siento a tomar café y a pensar en lo que tengo que hacer.

—Buenos días Fernandita, te levantaste temprano.

—Buenos días señora Laura.

—Por tu cara veo que no dormiste, Marlon tampoco, lo escuché que bien de madrugada salió, ¿se molestó porque salimos?

—Se molestó porque Gabriel nos acompañó, señora Laura le voy a pedir permiso para salir está tarde.

—Claro que puedes salir, ¿para dónde vas?

— Una amiga me llamó y nos vamos a encontrar para celebrar.

—¿Celebrar qué?

—Mi cumpleaños.

—Estas de cumpleaños, ¿cuántos son?

— Veintiuno, pero no le diga nada a Marlon.

—Esta bien no le digo, bueno Fernandita vaya y celebre con su amiga, si Marlon pregunta por ti, algo le invento.

—No creo que venga temprano, debe estar con la novia.

Espero con ansias la hora para encontrarme con Brenda, hace tanto tiempo que no hablo con mis amigos, que añoro sus risas, sus chistes, así que antes de las cinco estaba en el lugar de la cita.

—Amiga bella, feliz cumpleaños.

—Hola Brenda, gracias.

— Ven, vamos a comenzar el brindis con un cóctel bien rico.

—En efecto el cóctel estaba rico, pero al tomar el primer sorbo sentí un poco de náuseas.

—¿Qué pasa amiga no te gustó?

—Sí, está rico.

—Ahora sí, cuéntamelo todo.

—Amiga, me escapé de mi casa.

—¿Qué te escapaste y dónde estás viviendo?

—Esa es otra historia, la noche que me escapé de mi casa corrí buscando ayuda a la casa de Elías, allí presencié su engaño, los ví en su cama teniendo relaciones.

—Amiga ¿Qué hiciste?

— Le dije de todo, lo insulté, a él, a ella no, porque seguramente vivía engañada como yo, no me extraña que le haya dicho que no tenía nada conmigo,luego salí de allí sin rumbo fijo, de paso unos tipos quisieron violarme, la calle estaba sola, pero no sé de dónde salió mi salvador.

—¿Tu salvador?

—Sí, el hombre que me ayudó, gracias a él no me violaron y ahora estoy viviendo en su casa.

—Ya va, ya va, que no estoy entendiendo nada. ¿Cómo es eso que vives en su casa?

— Te explico, como estaba lloviendo y había caminado mucho bajo la lluvia, me resfríe, cuando él me encontró yo me desmayé y me tuvo que llevar a su casa, después que mejoré, me ofreció trabajo en su casa y allí estoy.

—Okey, pero ¿de qué trabajas?

—Atendiendo la casa, sobre todo su ropa.

—Amiga, debiste llamarme.

—En ese momento no pensé en nada ni en nadie, sólo quería huir de todos.

— Y hasta cuándo piensas quedarte viviendo en esa casa.

—Estoy buscando donde mudarme.

—Vente conmigo, yo hablaré con mamá, tú sabes que ella te quiere mucho.

—No Brenda, no les quiero causar molestias, además me quiero ir bien lejos de aquí.

—¿Y eso por qué?

—Por todos, por mi padrastro, no quiero que me encuentre, por Elías, no le quiero ver más su cara y por Marlon.

—¿Por Marlon? ¿Quién es Marlon?

—El hombre que me ayudó la noche que me escapé y del cual estoy perdidamente enamorada.

—¡Ay! No Fernanda, tú me vas a matar de un susto, espérate un momento, ¡Hey! Joven por favor nos trae otro dos cócteles, okey ahora si, habla. ¿Quién es Marlon?

—Recuerdas que siempre quise estudiar diseño de Modas.

—Sí, estás en la universidad estudiando derecho para complacer a tu padrastro y a tu mamá que en paz descanse, pero tú pasión siempre fue la moda, pero eso, que tiene que ver.

—Me la pasaba viendo revistas de moda, conozco la vida de los diseñadores famosos, sigo de cerca la vida de los modelos, pues Marlon es uno de ellos.

—¡No puede ser! ¿Y cómo te enamoraste de él?

—No sé, el caso es que pasó, estoy enamorada.

—¿Estás segura? Él es bello, hermoso como nadie, no será que estás deslumbrada.

—No amiga, estoy clara, lo que siento por él jamás lo había sentido por alguien.

.—Okey, porque ahora que recuerdo ese Marlon modelo que tú dices tiene novia.

.—Sí, ese es el problema y el motivo de mi mudanza.

—Ahora estoy más confundida, ¿te vas a mudar porque él tiene novia? Explícame si estás enamorada sola, o si él también está enamorado.

—No lo sé, él me dice que está loco por mí, pero sigue con su novia y lo entiendo porque esa es una relación de cuatro años, ahí la que está sobrando soy yo.

—¡Wao! Amiga, no sé qué decirte,¡muchacho trae otros cócteles por favor, Fernanda caíste en la cueva del oso y no te culpo porque ese hombre es bellísimo, pero debes tener cuidado, yo sé que no has tenido relaciones con nadie, me consta que Elías bastante que insistió y tú nada, ahora no vaya a ser cosa que caigas en sus redes.

—Amiga ya caí.

—Fernanda tú estás loca y ahora ¿qué vas hacer? ¿Te cuidaste?

—No.

—¡Dios mío! Esto si es grave, ¿hace cuánto tiempo de eso?

—Casi un mes.

—Ya te llegó el Periodo.

—No, pero no debe tardar, tú sabes que a veces me atraso.

—Ojalá Fernanda, en caso que estés embarazada,¿lo vas a tener?

—Por supuesto, tengo que hacerme responsable por mis actos, mi hijo no tiene porqué pagar las consecuencias, el hecho que haya llegado sin previo aviso, no significa que no lo quiera.

— Fernanda hablas como si ya estás segura de tu embarazo.

No dije nada, sólo siento unas lágrimas que corren por mis mejillas.

—Fernanda no llores, quiero que sepas que estoy contigo, sea cual sea el resultado, estoy de tu lado, sólo te pido que me mantengas informada, si dentro de una semana no te viene la menstruación, llámame y te acompaño al médico, o bien te haces una prueba de embarazo y en caso que sea positivo vamos al.médico.

—Gracias amiga, me ha hecho bien conversar contigo, necesitaba hablar de esto.

—En caso de que estés embarazada, se lo tienes que decir, él es el padre y tiene que saberlo.

—No, no pienso decirle nada.

—Tú eres loca, ¿cómo piensas ocultar la barriga?

—Por eso estoy buscando donde mudarme.

—¿Tienes algún síntoma?

—No, dicen que cuando la mujer está embarazada le da mucho sueño, yo más bien tengo insomnio, lo que sí tengo es náuseas, hace rato con el primer trago del cóctel me dio náuseas y los olores muy fuertes no los soporto.

—¡Dios! Estás tomando, dame acá ese cóctel, tú no puedes tomar.

—Brenda no seas exagerada.

—Fernanda, mira quién viene allí, es Elías con Roberto y se están acercando.

—Buenas tardes, Fernanda que alegría verte, necesitaba hablar contigo, feliz cumpleaños

— Yo no tengo nada que hablar contigo.

—Por favor dame la oportunidad de explicarte.

En eso llega el mesero con un pastel.

—Bueno, dejemos la discusión para otro día, hoy es el cumpleaños de mi amiga Fernanda, ustedes no están invitados, pero un pedazo de pastel no se le niega a nadie, así que vamos a cantar cumpleaños.

Estaban cantando cumpleaños cuando miro hacía la puerta de entrada y veo al amor de mi vida entrar tomado del brazo con la pelirroja.

En ese instante, siento que mi vida se derrumba, no escucho las voces cantando feliz cumpleaños, sólo veo a Marlon tomado de la mano con su novia, él voltea y me mira, su mirada me paraliza, siento rabia, ira, dolor, tristeza, tantos sentimientos entrelazados unos con otros.

Sigue mirándome, Cristal le da un beso en la mejilla y él sólo me mira.

—Fernanda ¿qué pasa? Te quedaste muda.

—Amiga, no me siento bien quiero irme.

—Sí me permites yo te llevo, así hablamos, necesito explicarte.

—Elías no hay nada que explicar, amiga ven yo te llevo.

—Por todo el camino voy callada, Brenda no interrumpe mi silencio, me deja en el portón de la urbanización. Entro al apartamento y me tumbo en un sofá, allí estoy por largo rato y luego me voy a la habitación a intentar dormir, mañana será otro día y con él un nuevo amanecer, quizás la luz del día me traiga claridad para lo que tenga que hacer.

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