Lola miraba a Reina aterrada ya que no entendía que hacía en su habitación, llegó a pensar que tal vez quería hacerle daño ya que desde que habían llegado allí Rubén no dejaba de mirarla de forma inapropiada, y de alguna manera Reina había sentido celos de ella y era esa la razón por la que siempre la miraba con rabia.
— No vayas a gritar cuando te quite la mano de la boca, no vine a hacerte daño solo quiero que me escuches con mucha atención. ¿Está bien? ¿Prometes no gritar?
Lola afirmó haciendo un movimiento con la cabeza mientras Reina le quitaba la mano.
— ¿Pero qué es lo que pasa? ¿Qué hace usted en mi habitación?
— Baja la voz que nos van a escuchar y además no quiero que la niña se despierte.
Lola haciendo caso a lo que Reina le pedía, bajó la voz mientras susurrando le decía:
— ¿Pero ya dígame qué es lo que pasa? ¿Por qué entró a la habitación y no quiere que los demás se enteren?
— Porque tenemos que salir de aquí lo más pronto posible y llevarnos a la niña.
— ¿Qué cosa