Inicio / Romance / Esposa sustituta / Capítulo 2: Amenaza
Capítulo 2: Amenaza

¿Por qué siempre termino en problemas por mi hermana? ¿Debo pagar la deuda eterna de ser la chica que las Stewart recogieron por compasión? ¿Será que mi pago quedará saldado cuando el hombre que he querido desde hace años, me mate por estar ocultando la infidelidad de mi hermana? 

— Harding, ¿crees que a mí hermana le va a agradar que la vea así de mal? 

— No me importa verla enferma, será mi esposa. Por lo que, pasarán momentos así y no me preocupa. — dice Harding. 

Ojalá alguien hiciera eso por mí. Ojalá alguien me amara como él ama a mi hermana. — digo mentalmente.

— Esta bien, no te importa verla así. Pero, ¿Crees que a ella le gustará que justo el día en que le propones matrimonio, la ves con malestar estomacal? Sí, serán esposos, pero, aún no lo son y creo que ella deseará que dicho momento tan vergonzoso, solo pase muchos años después de ser esposos y no ahora. Por lo que, por favor, deja que pueda mostrarte esa parte de la enfermedad, después de casarse — digo y él suspira profundo, mientras peina su cabello hacia atrás. 

— ¿Por qué les encanta complicarse? Cualquier persona puede sufrir un daño estomacal.

— Sí, pero, no deja de ser vergonzoso. Así que, por favor, deja que ella cuerda esta noche como la noche perfecta y no, la noche donde la viste enferma. — digo y él asiente molesto.

— De acuerdo. Les daré tres minutos. Si no sale en ese tiempo, entraré y me la llevaré a un hospital. 

— Dame por lo menos quince minutos. Así, logra terminar de ir al baño y arreglarse para que la veas genial. — digo y él asiente después de meditarlo varios segundos.

— Quince minutos. No te daré un solo minuto más. Además, no necesita esforzarse tanto, después de todo, ya ella es hermosa sin arreglarse. 

El hombre de marcha y yo recuerdo como respirar, mientras mis piernas me hacen tambalear. 

Dios, Harding Lennox es tan intimidante que tener una conversación con él, agota demasiado. — murmuro mentalmente mientras recupero el aliento.

Levantándome, entró al baño, donde la pareja, se abraza entre sí mientras aún están conectados. De inmediato, giro mi cuerpo, cerrando el baño con seguro, temerosa de que llegue Harding 

— Dejen de ser tan cariñosos y vístanse. Necesito que salgamos de aquí antes de los quince minutos o los tres estaremos muertos. 

— No seas tan aguafiestas. Aun hay tiempo. — dice mi hermana y yo suspiro profundo.

— Si quieres esperemos que pasen los cinco minutos y vemos que va a pasar si ese hombre sigue aquí. Dime, chico, ¿Crees que Harding va a perdonar a tu familia por esta ofensa o no? — pregunto curiosa.

— Me tengo que ir. — dice el chico y de inmediato, mi hermana comienza a pedirle que se quede y no me haga caso, pero, evidentemente, el chico es menos tonto que mi hermana. Porque si realmente fuera inteligente, no se metería con ella.

El chico se marcha y mi hermana me observa mal, mientras se termina de vestir. 

— ¿Por qué te molesta tanto que sea feliz? — pregunta con evidente enojo.

— ¿Tanto odias vivir? Porque, solo una persona que odie la vida, se atrevería a jugarle así de sucio a Harding Lennox.

— Deja el drama. Él jamás sería capaz de hacerme daño. 

— Quizás no lo haga ahora porque no sabe que lo has traicionado. Pero, ¿Crees que un monstruo para los negocios permitiría que quien destruye su orgullo, viva? Piensa bien lo que haces, hermana.

>> Porque una cosa es darte todo lo que quieres y otra, que acepte que le has sido infiel y mentido hasta más no poder. Harding Lennox es un hombre que incluso, personas como mi padre le temen. Así que, deberías ser cuidadosa o podrías morir por un paso en falso.

Mi hermana camina hacia a mí con molestia y a pocos centímetros de mi cuerpo, me susurra con el odio característico con el que me habla.

— ¿Ese es tu deseo más grande? ¿Siempre has escondido tu odio hacia mí y hoy me estas demostrando lo que eres?

— No sé de qué me hablas. 

— Sabes de que te hablo — dice tomándome del cabello y yo ahogo un gemido de dolor, mientras le agarro la mano.

— No sé de qué me hablas. Suéltame, por favor. — pido, pero, ella no me suelta.

— Recuerda tu lugar, Miley. Aunque Harding me descubra, a mí no me va a pasar nada. Porque tú vas a asumir la culpa.

— ¿Cómo voy a asumir la culpa de que te acuestes con algún chico? — pregunto confundida.

— No me importa lo que tengas que hacer, pero, lo haces. Recuerda que tu lugar en mi familia, es ser el reemplazo para mis castigos y el tapete donde debo pisar. Eres quien debe alisar mi camino y secar mi sudor si es necesario. 

>> Así que, reconoce tu lugar, Miley o tendré que golpearte y dudo que a Harding le guste que me lastime siquiera un poco al golpearte, ¿lo entiendes, Miley? ¿Entiendes que mereces y lo que eres?

El dolor me invade ante sus palabras. Era como si sus palabras, perforaran cada parte de mi cuerpo. Perforaciones que he tenido desde hace años. Porque desde que tengo memoria, he sido maltratada por todos los Stewart. 

— Lo entiendo, Marisa — digo y ella me suelta molesta, mientras mi cabeza comienza a doler. 

— Que bueno que lo entiendas, porque Miley, aunque no lo creas, no me gusta que tenga que decirte lo que ya sabes y mucho menos tomar tu grasoso y asqueroso cabello. — dice mirando la mano con que tomo mi cabello, con desagrado.

— De acuerdo, Miley. No volveré a olvidar lo importante — murmuro y ella se marcha dejándome sola en el baño. 

Decepcionada por seguir siendo tan débil, miró mi reflejo en el espejo y dejo caer esa lágrima por mi mejilla, mientras arreglo mi cabello.

¿Por qué sigues en esta familia? ¿Por qué aceptas todos estos maltratados que no mereces? — me pregunta mi mente y yo suspiro profundo.

— No van a dejarme ir. Aun cuando digan que soy la mascota de la familia, no me dejaran en. Porque ellos me usan para mostrar cuan buenos son por tener a una “chica del orfanato” en su casa. 

Aparentar ser buenos es más importante que serlos realmente — digo mentalmente mientras termino de arreglarme.

Cuando salgo, Hunter me observa y niega. 

— Otra vez te trato mal, ¿no es así? — pregunta y yo asiento con tristeza — Vamos a casa. 

— No puedo. Sabes que me van a castigar si me voy sin ellos. — murmuro con tristeza.

— Esta bien, pero, ¿Quieres regresar a esa farsa?

— No, no quiero. 

— Entonces, vayamos al balcón a respirar un poco de aire fresco. — murmura y yo aceptó. Por lo que, Hunter, me toma de los hombros y me empuja hasta el balcón del lugar, allí, la brisa fría me golpea con fuerzas, recordándome que no es un sueño. 

— ¿Cuándo acabará esto? — pregunto decepcionada. 

— Tú eres quien decide cuando va a acabar. 

— No es fácil.

— Puedo ayudarte. 

— ¿Cómo? La última vez que intentaste llevarme contigo, me regresaron y castigaron en el ático por una semana. 

— Pero, ahora podría…

— No puedo hacerlos enojar. Fue difícil que aceptarán mi trabajo como actriz y no puedo hacer que se enojen. Ser famosa, va a ser la única ruta de escape y no puedo despreciarla — murmuro y Hunter asiente. 

— Ojalá pudiera ayudarte. 

— Sé que lo harías si fuera posible. Pero, no es así. Por eso, debo seguir resistiendo hasta que pueda irme. 

Esa es mi única esperanza. — digo mentalmente.

Hunter, toma mi mano y la aprieta para que recuerde que no estoy sola. Aunque para ser sincera, aun teniendo personas a mi alrededor, me siento tan sola que duele. Porque el vacío es tan basto que me pierdo en él.

— Desearía tanto ayudarte, Miley. Pero, soy consciente que no puedo cometer los mismos errores de antes. Por lo que, necesitamos hacer las cosas con calma, sin perder la esperanza que vamos a lograr que seas libre. — murmura Hunter.

— Bueno, Hunter, aunque agradezco que sigas pensado en salvarme. Ya no soy la niña que solo podía correr a tu casa a esconderme de mis padres.

— Aun así, sigues llegando a mí después de malos ratos — murmura Hunter y yo sonrió.

— Es cierto, Hunter. Creo que se ha convertido en un hábito. Lo siento — murmuro.

— No te disculpes. Me hace feliz que pienses en mí cuando estás pasando por un mal momento y también, me alegra que sigamos así de unidos a pesar de los años — dice Hunter y yo sonrió.

— Tienes razón. Gracias, Hunter. Gracias por acompañarme en esta solitaria y dolorosa vida que me ha tocado vivir. — le digo y él me abraza. 

— Pronto mejorará y todo lo malo, será un vago recuerdo que ya no va a afectarte. Ten la seguridad en que pronto todo será olvidado, como tu amor por ese monstruo. — dice Hunter y yo suspiro profundo.

Ojalá fuera posible todo ello. Quizás dejando ir todo a lo que me he aferrado, podría crecer y tener la vida tranquila que tanto anhelo.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP