—¿Estas bromeando? —escucho que pregunta William furioso, hablando con su hermano casi en gritos— ¿Por qué la trajiste aquí?

—Ella amenazó con venir por su cuenta si no la dejaba, así que pensé que sería mejor que viniera con nosotros, donde podamos protegerla en vez de que siga siendo un objetivo —se defiende Aaron, hablando tranquilamente con William.

—¡Ella sigue siendo un objetivo! ¡La pusiste en peligro al traerla aquí!

Suspirando con suavidad, pongo los ojos en blanco, mirando la puerta cerrada frente a mí, los guardaespaldas de William que ahora me protegen y se aseguran de que no haga nada tonto, mientras me quedo en la sala principal de esa pequeña y vieja casita.

William obviamente no estaba nada feliz de verme, cuando llegamos él me ignoró por completo, y tomando a su hermano de un brazo, los dos entraron juntos en la casa y se encerraron en una habitación para “hablar”.

Yo intenté ir junto a ellos, pero obviamente los guardaespaldas de William me lo impidieron, permitiéndo