Capítulo 43 – Llévalo a un lugar seguro
Rodrigo la miró fijamente, con una mirada astuta y llena de acusación, cruzando los brazos mientras la analizaba, y Aurora se asustó ante él.
—¿Te volviste loco? —replicó ella.
—Shhh —murmuró, tapándole la boca con la mano y acercando sus labios a su oído—. No soy Andrews, pero si sigues gritando, se despertará y descubrirá que estabas en su cuarto a medianoche —dijo en un tono juguetón, pero ella tembló de pánico al mirar la puerta.
Aurora abrió los ojos y su corazón, que ya latía acelerado, parecía que iba a estallar. Rodrigo la soltó poco a poco para que pudiera respirar, pero no se alejó.
—¿Qué estabas haciendo en su cuarto? —preguntó, cruzando los brazos de nuevo como si la estuviera interrogando.
—¡Nada! Yo… yo solo… —tartamudeó, bajando la cabeza.
Rodrigo levantó una ceja, divertido.
—¿Nada? ¿Y por qué estás tan roja? —inclinó la cabeza, analizándola.
Aurora cerró los ojos y bufó, frotándose el rostro con las manos, intentando olvidar e