Capítulo 34: ¿Has bebido?
Andrews se levantó de la silla rápidamente en cuanto Aurora pasó junto a ellos, pero quedó completamente paralizado al verla tambalearse por la sala, vistiendo solo una camisola ligera.
La tela delicada delineaba su cuerpo y, con el cabello despeinado cayendo parcialmente sobre su rostro, parecía una visión hipnotizante. Rodrigo, sentado en el sofá, quedó petrificado, con la mirada fija en la mujer que parecía ajena a su presencia.
Aurora se detuvo por un momento y parpadeó varias veces, sus ojos pesados por el sueño y los efectos del medicamento. Andrews se acercó con prisa, sujetándola por los hombros.
— ¿Qué demonios estás haciendo aquí así? — gruñó, sintiendo el calor de su cuerpo bajo sus manos, para luego soltarla rápidamente, con la impresión de que ella estaba más caliente de lo normal.
Aurora levantó un dedo en desafío, apuntando a su rostro, con los ojos entrecerrados en una expresión que mezclaba atrevimiento y somnolencia.
— ¡Tú no mandas sob