Él me mira con los ojos inyectados en sangre. Su mandíbula está apretada.

Aún está sobre mí. Mira mis ojos y mis labios. Traga en seco. Se acerca a mis labios. Siento su aliento a menta.

- No sé porqué sigues probando fuerzas Andra, ya te he demostrado que soy más fuerte que vos y sin ponerle una mano encima. Pero no, Andra sigue queriendo probar fuerzas.

Él ríe de medio lado, se muerde su labio inferior, me mira con sus ojos verdes, yo sólo veo su lunar en la mejilla.

- Es más Andra, basta ya. Basta de ser bueno y condescendiente contigo. Quise ser bueno, educado, todo un caballero. Pero no, mi madre me recordó algo hoy. Yo estoy casado contigo, tú eres mi mujer. Tú eres mía, tú estás viviendo aquí conmigo por lo menos hasta que descubra al hijoputa que me está jodiendo. Así que serás eso a partir de ahora, a partir de ahora Andra vos duerme conmigo, se despierta conmigo, desayuna conmigo, come conmigo y si quiere hasta se baña conmigo mi mona. Lo otro es su de