—¿¡Qué significa esto!? ¡Suéltenme! —gritó Felicity, forcejeando—. ¡Mamá!
—¿Acaso somos criminales? ¿Por qué nos tratan así? —protestó Nora, furiosa.
Las tres eran transportadas en un vehículo, esposadas. Los hombres enviados por Renzo a la residencia las habían capturado sin contemplaciones y se las llevaban sin ofrecer explicación alguna.
Por más que protestaban, los hombres se mantenían en absoluto silencio, cumpliendo órdenes precisas.
Poco después llegaron a la mansión Harrington. Las bajaron a la fuerza, ya que seguían resistiéndose, y las arrastraron al interior. Allí, Dorian, Beatrice y Nadia se pusieron de pie al verlas entrar. También estaban presentes Natalia, Iris y Renzo. Solo faltaban las verdaderas causantes del desastre.
—¿Qué es todo esto? —increpó Dorian, desconcertado—. ¿Por qué las traen así?
—Porque son unas brujas criminales —espetó Renzo desde el sofá, sin molestarse en levantarse—. Pónganlas de rodillas. Y si siguen diciendo tonterías, amordácenlas.
—¡Renzo! —e