POV: Bob Crusher
La señora Zara regresó hace un par de horas, pero no he podido verla. Desde que volvió, se ha mantenido encerrada en su habitación y no ha dado señales de vida. Me enteré por Iris que salió de viaje, así, de un momento a otro. Sola. Sin avisar. Sin llevar a nadie con ella. No respondió mis llamadas, ni un solo mensaje. Ahora está de vuelta, pero yo sigo intranquilo.
Soy su guardaespaldas. Mi deber es cuidarla, anticiparme a los riesgos. Pero ¿cómo se supone que lo haga si se empeña en desaparecer? No es la primera vez que lo hace, después de todo.
Reviso la hora en mi reloj mientras doy vueltas por el jardín, en mi turno de guardia. Mis ojos se elevan, instintivamente, hacia una de las ventanas del segundo piso. Las luces están apagadas. Algo no cuadra. Esa es la habitación de la señorita Natalia, y ella nunca se acuesta tan temprano. He hecho suficientes turnos nocturnos como para saber a qué hora suele apagar la luz. Esto no es normal.
Me acerco al otro extremo del