Después de diez minutos regresó, Katy se recostó en la cama, mientras Carlotta la veía con cara de pocas amigas.
—Lotta amichi ¿Y si dormimos? —interrogó Katy, temerosa de la reacción de Carlotta,
—Mira Chiquinquirá, esto es una puñetera pijamada, era de mujeres, pero ya metiste a los hombres… —re