Capítulo 23: Una sanción apropiada.
—¡Pero Bertrand! ¡Esa mujer me agredió! ¡Prometiste a mi hermano que nada malo me pasaría! —gritó furiosa, Lady Ruwer.
¡La acción del Rey fue inmediata!, levantándose de la silla tomó por el cuello a Lady Ruwer.
¡PUM!
¡Pegó ella contra el escritorio!
—¡AH! —gritó, viendo asustada a ese frívolo gobernante.
—¿Crees que tienes el derecho de levantarme la voz, quejarte a tu antojo, desobedecerme y tras de eso exigirme? —le preguntó en un cruel susurró, acercando su rostro al de ella.
¡Rápidamente Lady Ruwer negó con la cabeza una y otra vez!, la mujer castaña con lágrimas en sus ojos. Él la soltó con brusquedad y Amaya cayó sentada en el elegante piso alfombrado.
Pof~
Apenas ella cayó. Levantó su mirada haciendo contacto visual con ese gobernante, las lágrimas recorriendo sus mejillas.
—Cof~ cof~ —tosía Lady Ruwer, a la vez que intentaba secar sus lágrimas.
—Soy el Rey. No te permito tales libertades, aún si en el futuro te vuelves el reemplazo de Serenia. NO signific