De hecho, Ismael no estaba seguro de que fuera posible, pero quería tranquilizar a Julieta. Por eso dijo:
—Esperemos novedades. Este asunto no puede quedar sin resolver. Sin embargo...
Julieta abrió los ojos y preguntó:
—¿Pero qué?
—Sabes muy bien tu estado. Si no te cuidas, cuando Jasmine despierte, ¿no se sentirá culpable de nuevo?
Al escuchar eso, Julieta bajó la cabeza y murmuró:
—Claro que lo sé. Pero no pude quedarme al margen cuando Jazmín resultó herida. Tenía que haber hecho algo.
Sin embargo, Dalila estaba bajo la protección de Leandro, y resultaba más difícil para ella lidiar con la situación por sí sola.
De repente, giró la cabeza hacia Ismael y le preguntó:
—Ismael, has sido el asesor legal de Leandro durante muchos años. Deberías saber sobre lagunas en su empresa, ¿verdad?
Ismael estaba conduciendo, y al escuchar la pregunta, se sorprendió ligeramente.
—Julieta, ¿qué quieres hacer?
Ella apretó los puños, mordió su labio y dijo:
—Dalila se atreve a hacer algo tan ilegal po