Julieta tardó un segundo en darse cuenta de lo que estaba pasando.
Natalia estaba aquí para causarle problemas.
Primero difundió rumores en línea y luego utilizó esos rumores para causarle problemas a Julieta.
Julieta se limpió la sangre de la comisura de los labios. La miró fríamente y dijo:
—Natalia, tú sabes mejor que yo cuál es la verdad.
Al escuchar estas palabras, Natalia mostró un destello de pánico. Lo ocultó rápidamente con una sonrisa burlona:
—¿De qué tonterías estás hablando? Lo único que sé es que envenenaste a mi madre y trataste de robar mi fortuna familiar.
—¿Qué tiene que ver conmigo el asunto de tu familia? —preguntó Julieta.
—¿No tienes nada que ver con eso?
Natalia resopló fríamente y se burló:
—Julieta, drogaste a mi mamá, la forzaste a que te tome como su ahijada y la engañaste para que te diera la herencia familiar. ¿Ya olvidaste todo eso?
Julieta frunció el ceño. La habilidad de Natalia para distorsionar la verdad y la mentira era igual a la de Dalila.
Sin embar