88. Debo decirle
Alessandro.
Salgo del baño con la caja de pastillas en la mano, solo para encontrarme el cuerpo de Dania tendido en el sillón con una de sus manos colgando, sonrío al verla, se mira tan bella con sus mejillas enrojecidas y el cabello alborotado, me acerco y arrodillo frente a ella, tiene los labios ligeramente separados, me llega el aroma a su aliento combinado con alcohol y frutas, retiro un mechón de cabello de su frente y la observo fijamente, el corazón me duele solo de pensar en perderla, la amo, no tengo duda de ello, lo que siento es tan fuerte que no tiene caso seguirme engañando, necesito decirle quien soy... pero no sé de qué manera hacerlo.
Me incorporo para tomarla en brazos y llevarla a la cama, con sumo cuidado como si ella fuera una pieza de fino cristal invaluable la dejo sobre la almohada, voy a sus piernas y le quito las zapatillas que le dejaron un ligero enrojecimiento en los dedos, me levanto con los zapatos en mano y los pongo al lado de su armario, abro uno de