PDV de Dylan
Los corta cadenas funcionarían incluso mejor que un hacha, al menos conservaría al cien por cien todos mis apéndices.
Ryan se apresuró a entregárselas a Adrián, aunque fuera el más joven, era el más fuerte de los tres, y así el joven Alfa cortó sin esfuerzo las pesadas cadenas, y suspiré aliviada cuando al instante se estrellaron contra el suelo, dejando las esposas fuertemente enrolladas alrededor de mis extremidades.
Me apresuré a estirar los brazos y gemí por la falta de movimiento que tenían antes. Introduje mis liberados brazos en el abrigo que me cubría los hombros y subí la cremallera para cubrirme bien el torso desnudo. Sin embargo, iba a pasar bastante calor.
“Cuídate, Dylan, y por favor no pierdas tu voz. Es lo único que su Excelencia no puede quitarte”. Asentí con la cabeza y le sonreí a Adrián, puede que sea un completo idiota pero realmente se había ganado mi respeto. Aunque su plan no estaba exactamente elaborado, me sacó de allí, y le estaría eternamente