Dos lunas después:
— ¡Buenas tardes, señores! ¿Qué van a querer? — pregunta Pedro con una sonrisa cálida, sosteniendo su libreta mientras observa a la familia sentada frente al camión.
El hombre se rasca la barbilla mientras lee el menú.
— Humm... quiero una de calabresa y otra de cuatro quesos, por favor — responde el hombre de la mesa, mientras los niños discuten entre ellos sobre cuál sabor prefieren.
Pedro anota los pedidos con destreza y grita por la ventanilla de la cocina del camión:
— ¡Una de calabresa y una de cuatro quesos!
Dentro, Mariana y Melody trabajan codo a codo, riendo y conversando mientras preparan las pizzas. Melody, con una enorme sonrisa, espolvorea los condimentos con un toque mágico, literalmente. Un sutil brillo verdoso envuelve sus manos, intensificando los aromas.
— ¡Pedido listo! — anuncia Mariana mientras toma la pizza humeante y sale de la cocina.
Se acerca a la mesa de la familia con pasos firmes.
— ¡Aquí está! Pero antes de servir, díganme: ¿la prefier