El viento helado sopla con fuerza, erizando el pelaje de Sasha, mientras el olor metálico de la sangre agudiza sus instintos. Su loba se inquieta, caminando de un lado a otro mientras espera.
Inmediatamente, levanta las orejas y dirige la mirada hacia la dirección de donde proviene Miguel. Lo olfatea en el aire y camina hacia él. Miguel se detiene, permitiéndole que lo examine.
Ella lo rodea, observándolo con cautela hasta que finalmente encuentra la herida en su flanco. Sin pensarlo dos veces, se acerca más, inspeccionando la profundidad de la lesión.
"La herida se ve mal" — Sasha comenta, su voz cargada de preocupación resonando en la mente de Miguel.
Miguel se encoge de hombros.
"Solo son unos rasguños, ni siquiera los siento." — responde con indiferencia.
"¡Ay!"
"¿Ni los sientes, eh?" — Sasha presiona su pata sobre la herida y luego la re