— ¿Tienes hambre? — pregunta Sasha, intentando romper el extenso silencio que se había formado. — Lovetta ha estado cazando mucho en estos días que estuvo fuera. Si quieres... puedo llevarte comida.
Miguel la observa por un momento, sus ojos oscureciéndose mientras una sonrisa ladeada se forma en sus labios.
— Tengo hambre de otra cosa — responde él, con la voz baja y llena de intención, sus dedos apretándola levemente, lo que provoca un escalofrío en Sasha.
Sasha traga en seco, sintiendo todo su cuerpo reaccionar a ese tono. Abre la boca para hablar, pero su mano sigue atrapada.
— ¿Por qué me provocas si no quieres que te toque? — Entrecierra los ojos, negándose a suplicar para que la deje tocarlo.
— Y... ¿cómo estuvo allá? — indaga Sasha, intentando sonar despreocupada, como si sus palabras no la hubieran afectado. — La lycan embarazada, ella... ella fue...
Sasha no logra terminar la frase, un nudo se forma en su garganta. Saber que tantas vidas serían arrebatadas solo porque el mac