Devon observa a Clara absolutamente tranquila.

Cada parte de su piel es una completa delicia.

“Si tan solo pudiera hablar, si tan solo estuviéramos en otra realidad” pensó de un lleno de dolor por lo imposible de sus pensamientos, “ésta podría ser nuestra realidad, podría luchar por ti, podría pelear contra cualquiera, solo por la oportunidad de hacerte feliz” Piensa frustrado.

Devon se levanta de la cama completamente de desnudo con su cuerpo envuelto y empapado del placer de ella.

Porque sí la había poseído como tantas noches había soñado, durante tantos años que no se atrevía a pensar pero…

Ella solo lo necesitaba como un medio de explosión, para liberar esa necesidad de sexo, auto infringido por el té de flor de pasión.

Ella se lo había confesado en medio de la inconciencia, había querido resistirse, había querido negarse de saber qué era lo que se sentía ser receptor de todo ese placer, pero a final de cuentas no había sido tan fuerte.

Ese recuerdo de sus pechos, su piel, sus beso