Capítulo 43.
El cuerpo le punzaba absolutamente adolorido.
En ese momento Oleika se giró para ver al guerrero y colocó una de sus manos en donde había sido golpeada le ardía, le punzaba, incluso sentía como se estaba hinchando de nuevo su rostro.
— No seas estúpida ¿quién más podría ser?— la reprendió el intruso— ¿dime que no fuiste una de las tantas bestias como tú me llamas?— dijo con desdén— dime que no fuiste tú quién asesinó a mi pueblo, quién los volvió esclavos y quemó nuestras chozas.
Oleika se quedó en silencio, si su Alfa Líder Malcolm, había hecho todo, no era quien ella pensaba, una duda se instaló en su mente a partir de ese momento.
— ¡Dímelo maldita sea!— gritó el hombre, al mismo tiempo que se acercaba y rodeaba el cuello de Oleika con su gruesa y fuerte mano.
La presión era mucha y con ese agarre el hombre la estaba levantando con toda su fuerza hasta dejarla en el aire.
Oleika movía las piernas y los brazos desesperada por encontrar un punto de agarre, algo que la ayudara a aleja