En la habitación de Oleika, Mila y Luisa se encuentran desesperadas por obtener el resultado.

— ¿Estás segura?— cuestiona la pelirroja al mismo tiempo que se quedó mirando a Mila, no quería tener una falsa esperanza, no quería tener más presión o dolor en un momento tan dramático como este.

“No puedo ser una preocupación par Malcolm” piensa ella nerviosa.

— No — susurra Mila— pero es por eso que estamos haciendo la prueba.

Las tres mujeres se encuentran observando el líquido transparente en un pequeño cuenco.

— Ya puse todos los ingredientes, solamente hace falta una gota de su sangre Luna— susurra Mila al mismo tiempo que observa que el rostro de la pelirroja se sonroja ante la vergüenza de ser llamada así, sin merecerlo.

Era un secreto que el enlace había sido negado y que no contaban con la bendición de la Diosa Luna.

En ese momento, ella extiende su mano y la curandera le rompe la piel con una de sus zarpas con total delicadeza.

El latido del corazón de las tres mujeres presentes