Capítulo 133.
Días después en los que el calvario de Malcolm por no saber qué era lo que sucedía con Oleika lo estaba consumiendo, ese atardecer que marcaba otro día mas sin poder estar con ella no era como tantos antes.
A través del viento, se escuchó discreto silbido que avanzaba rápidamente en dirección del aquelarre, insertando la punta de metal justo en la espalda de uno de los brujos, de forma inmediata el hombre cayó en el suelo gritando.
— ¡Nos atacan! ¡nos atacan!
Malcolm se tensa, si alguien los está atacando su pelirroja corre peligro.
En ese momento todos los brujos que forman parte del aquelarre salen de sus pequeñas cabañas y reúnen a los pequeños niños en centro de lugar.
Todos comienzan a moverse al mismo tiempo, siendo una barrera entre los infantes y quienes los atacan.
Decenas de flechas comenzaron a caer, desde lugares inesperados, una lluvia de metal que los asesinaba al instante.
Los brujos comenzaban a concentrar parte de su maná como unas bolas de fuego, qué se guiaban con l