Despertaba sin ganas de salir de la cama, aun me sentía, aunque la compañía de Eric y Gavin era constante, tenerlos cada segundo a mi lado me hacían sentir más aliviado. Acariciando la cama comienzo a buscar ese cuerpo cálido que me abrigaba con sus brazos.
Abriendo mis ojos, noto que Eric no estaba a mi lado, una tristeza se apodera de mi pecho haciendo que me acurrucara entre las sábanas.
— Papá! Sigues de perezoso? — me sorprende la voz de Gavin.
— No tienes nada que hacer que venir y asustarme!
— El día está muy bueno afuera, debes de disfrutarlo.
— No quiero salir...
— Crees que mis hermanitos querrán ver solo la oscuridad?
— No quieras manipularme... no tengo ganas de salir...
— Llevas muchos días encerrado, seguirás triste si no te das la oportunidad de disfrutar de un lindo día.
— Gavin...
— ¿Sí, papá? — Esto aún se siente extraño, pero es adorable como brillan sus ojos cuando lo dice.
— Está bien, pero si es más aburrido estar fuera, volveremos...
— Yes! — Lo veo festejar su