CHIARA :
– Iván, no quiero que te enfrentes a mi madre... Élla es muy peligrosa... Podría matarlos.
Hablo sintiéndo un gran dolor en mi pecho.
– Amor, no iré sólo... Somos un gran grupo... Estoy seguro de que podemos vencerla, mientras tu te encargas de buscar la daga.
Dice acariciando mi mejilla con cariño.
Tomo su mano y la beso.
– Si le haces algo a mi madre, mi hermana no se quedará cruzada de brazos y será un problema.
Digo preocupada.
– Lucí... Nos encargaremos de élla... Sólo quiero que me prometas algo... Cuando tomes la daga huye con todas tu fuerzas y ocultala en un lugar dónde nadie jamás la pueda encontrar... Esa daga es un peligro si cae en malas manos.
– Lo sé amor... Sólo no quiero que te pase nada.
– Estaré bién, prometo que cuándo todo termine nos iremos lejos tu y yo sólos ¿De acuerdo?
Sonrío feliz y me acerco a besarlo, pero me detengo al sentir la presencia de mi madre.
– Mi madre se acerca, vete Iván.
Digo dándole un corto beso y él se marcha por el pasadizo secre