-Xana, Xana- una voz resonaba en su cabeza.
La chica protestó con un sonido de la garganta y se removió mientras su hombro era agitado. Quería seguir durmiendo, estaba cansada, agotada, su cuerpo no dolía, pero pesaba una tonelada y su nuca, oh si, ese lugar estaba en llamas.
-5 minutos más- sus palabras salieron roncas de su garganta y tres segundos después abrió los ojos de golpe.
Se sentó tan rápido que todos los huesos de su cuerpo crujieron y un gemido lastimero salió de sus labios.
-Xana, con cuidado- escuchó una voz familiar a su lado y las manos de Ans las sostuvieron por los hombros para mantenerla erguida- pero que te pasó- los ojos de él recorrían los lugares donde había manchas de sangre en el cuerpo de la adolescente para después alzar la cabeza y ver un poco más allá de los muslos de ella donde estaba recostado el cuerpo del jaguar- ¿En serio? Acaso estás loca.
-Oye, no grites- Xana sacudió la cabeza y por el rabillo del ojo se dio cuenta del cuerpo del felino, pero mant